¿Por qué practicar el cálculo mental?
El cálculo mental es una parte fundamental de las matemáticas. Gracias a él, las personas encontramos herramientas para responder de forma flexible y adecuada a distintas situaciones de la vida cotidiana.
Tradicionalmente, la enseñanza del cálculo mental ha puesto énfasis en la práctica repetida de operaciones para lograr resolverlas lo más rápido posible “en la cabeza“, sin necesidad de utilizar lápiz y papel. Sin embargo, esta visión no es del todo completa, ya que ser bueno en cálculo mental significa algo más que acumular en la memoria una serie de hechos numéricos aislados.
Para ser ágil en el cálculo hay que ser capaz de interconectar, entender y dominar una gran cantidad de ideas y conceptos. En otras palabras, la buena capacidad de cálculo no depende tanto de un gran almacén de hechos, operaciones o resultados aislados, como de un buen sentido numérico.
Se ha demostrado que los niños que dominan el concepto de número y las relaciones aritméticas son mejores calculando.
Comprender que un número puede componerse y descomponerse en distintas partes, y que esto puede hacerse de formas muy diversas, ayuda a los niños a desarrollar diferentes estrategias de cálculo mental.
Una especialmente útil consiste en transformar ciertas combinaciones en otras expresiones más sencillas, como en el siguiente ejemplo, donde la expresión 8 + 9 puede modificarse para facilitar el cálculo:
Suma de dobles más uno: 8 + (8+1) = 16 +1 = 17, o
Sumas de 10: (7+1) +9 = 7 + 10 = 17
Según esta perspectiva, el cálculo mental se describe como “piensa con tu cabeza“, en lugar de “opera en tu cabeza“, y aboga por favorecer el sentido numérico.
Este es precisamente el objetivo que pretendemos conseguir en clase. Por eso, cada día trabajamos y jugamos con los números para conseguir agilidad mental entendiendo que las matemáticas son divertidas y mucho más fáciles con algunas estrategias.
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